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Chile campeón Copa América 2015 © AFP
El pasado sábado 4 de Julio finalizó en Chile la cuadragésima cuarta edición de la Copa América, el torneo de selecciones más antiguo del mundo. En esta ocasión el campeón fue el conjunto local, que pudo festejar frente a su público la consecución del primer título oficial en sus 105 años de historia.

A pesar de que es la primera vez que Chile gana este torneo, ciertamente no es la primera vez que una selección nacional gana la Copa América jugando en casa. Por el contrario, parece ser algo relativamente común. Teniendo esto en cuenta, decidimos estudiar las 41 ediciones de la Copa América que tuvieron sede fija (en tres ocasiones el torneo se disputó en múltiples países), y ver qué ventaja representa realmente ser el país anfitrión.

Con este propósito, se observaron las veces en las que el país local resultó campeón del torneo. También se estudió el número de veces en las que la selección anfitriona fue sub-campeona, ya fuera por llegar a la final o por quedar de segunda en la liguilla final, dependiendo del formato de cada edición del torneo.

Los resultados son contundentes. En las 41 ediciones estudiadas, el equipo local se coronó campeón en 22 oportunidades, es decir, el 51.22% de las veces. Si tenemos en cuenta las veces que el equipo anfitrión fue campeón y/o sub-campeón, este porcentaje sube a 58.54%.

Las cifras son claras. Más de la mitad de las selecciones que hospedan una Copa América terminan ganándola, lo que muestra que la localía es un factor de peso en este torneo. Particularmente llaman la atención los casos de Uruguay, que se ha coronado campeón en las 7 ediciones de Copa América en las que ha sido anfitrión, y de Brasil, que ha ganado las 4 Copas que se han jugado en su país. Otras selecciones como Bolivia, Colombia y el más reciente campeón Chile solamente han podido ganar el torneo jugando en sus propios países.

¿Qué pasa en otros lugares del mundo?

Ante los resultados encontrados, decidimos ampliar el estudio realizado y extenderlo a otros torneos de selecciones. El propósito fue el de observar si en otros rincones del mundo y en otras competencias la localía pesa tanto como en Sudamérica.

De esta forma, se analizaron el mundial de fútbol de mayores organizado por la FIFA y los campeonatos de selecciones organizados por las seis confederaciones que componen el máximo organismo del fútbol mundial. De esta forma, las competiciones estudiadas fueron:
  • Copa Mundial, organizada por la FIFA.
  • Copa América, organizada por la Confederación Sudamericana de Fútbol (CONMEBOL).
  • Eurocopa, organizada por la Unión de Asociaciones de Fútbol Europeas (UEFA).
  • La Copa de Oro (previamente Copa CONCACAF), organizada por la Confederación de América del Norte, Central y el Caribe (CONCACAF).
  • Copa Asiática, organizada por la Confederación Asiática de Fútbol (AFC).
  • Copa Africana de Naciones, organizada por la Confederación Africana de Fútbol (CAF).
  • Copa de las Naciones, organizada por la Confederación de Fútbol de Oceanía (OFC).
Para todos los torneos previamente mencionados se tuvieron en cuenta las ediciones en las que hubo como máximo dos países anfitriones, y se calculó la probabilidad empírica de salir campeón y de ser finalista (primer o segundo puesto) de las selecciones locales. Los resultados obtenidos se pueden observar gráficamente en la Figura 1.

Figura 1: Probabilidades de selecciones nacionales anfitrionas en torneos internacionales.





A partir de los datos obtenidos y de la Figura 1 se puede analizar que en general ser anfitrión de una competición internacional de selecciones aumenta significativamente las chances de un equipo de ganarla. En el caso de Europa el efecto parece no ser tan fuerte (en 21.43% de los casos el equipo local fue campeón y en 28.57% de los casos fue por lo menos sub-campeón). Sin embargo, este porcentaje representa igualmente una ventaja significativa. Adicionalmente, en el resto de torneos la probabilidad empírica que tiene una selección anfitriona de ser campeona es siempre mayor o igual a 30%

Llama la atención el altísimo porcentaje (75%) en el que una selección anfitriona ha salido campeona o sub-campeona en la CONCACAF. Este dato, sin embargo, indudablemente se ve afectado por el hecho de que Estados Unidos (una de las selecciones más fuertes de la región) ha sido anfitriona de todas las ediciones del torneo desde 1991. 

No sabemos exactamente a qué se debe este fenómeno. Sin duda el efecto de la afición local (apoyando a su selección y ejerciendo presión sobre las demás) representa un papel vital en el desempeño de los equipos anfitriones. También se podría argumentar que en varias ocasiones el formato y el calendario de estos torneos se organizan para dar algunas ventajas al equipo anfitrión. Sin ir más lejos, en la Copa América que recién termina Chile tuvo más días de descanso que sus rivales antes de llegar a semifinales y a la final del torneo. 

Aunque no sea claro el por qué, es evidente que le viene bien a las selecciones nacionales jugar en su país. Se podría afirmar a partir de los resultados que los torneos aquí mencionados se empiezan a disputar desde la elección de la sede. Esta es sin duda información interesante y digna de ser tenida en cuenta para futuras competiciones.

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